ATEÍSMO

De Escuela idente

ATEÍSMO: El pretendido ateísmo absoluto lleva asociada una nada absoluta por la que ni Dios ni ninguna otra realidad podrían ser o existir. Este contrahecho metafísico va contra la experiencia histórica que se presenta con una multitud de formas, ya espirituales, ya materiales, de la realidad en la que estamos insertados. La afirmación de la nada absoluta se clausuraría a sí misma con título en la absurda identidad ‘nada es nada’ de la que no puede salir nada: ex nihilo nihil fit (de la nada nada se hace). Una filosofía atea, teniendo presente lo afirmado, es la que debería establecer un supuesto axioma absoluto que, incluyendo una absurda inmanente descomplementariedad intrínseca, tendría que admitir, en última instancia, una nada absoluta contra su propia nada absoluta. El escepticismo acerca de Dios comporta el escepticismo de la propia vida humana donde el egoísmo, la injusticia y la indignidad desencadenan procesos agresivos de incalculables consecuencias. Desde el punto de vista metafísico, cualquier supuesto axioma absoluto, aplicado también a cualquier otra afirmación que intente negar la INMANENTE COMPLEMENTARIEDAD INTRÍNSECA de un sujeto absoluto constituido de, cuando menos, dos seres personales [] o, cuando más, de tres seres personales [], es un seudo-axioma que, obtenido por negación de su contrario, queda en contradicción consigo mismo. Esto ocurre con el ateo cuando, negando a Dios, lo está a la vez afirmando. Esta contradicción de la afirmación de Dios por la negación de Dios se la denomina antítesis absoluta del primer excluso que, consistiendo en la paradoja de establecer una afirmación excluyéndola al mismo tiempo, obtiene por resultado el absoluto colapso dialéctico sobre el cual está montada la seudo-dialéctica de la identidad. El ateísmo está, metafísicamente, fundamentado, supuesto este colapso dialéctico, en una sucesión indefinida de absurdos.

La afirmación de lo que no es Dios por la negación de Dios, esto es, quitar y poner, a la vez, el mismo término, se implica, por tanto, lejos del recto orden intelectual, en un ciego supuesto intencional: el nihilismo absoluto; con el nihilismo absoluto, la imposibilidad de la metafísica y de la ontología. La etiología ética del ateo solo puede apoyarse en una alternativa: o somos nada o estamos encaminados a la nada. Este nihilismo absoluto tiene el supuesto contradictorio de afirmar algo: un magma materialista del que, no sabiéndose en qué pueda consistir, se derivan supuestos seres y supuestas cosas.

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