SINGULARIDAD, Concepción genética de la

SINGULARIDAD, Concepción genética de la: La singularidad necesita, al menos, de dos términos en los que “cada cual” sin el otro sería un abstracto, no un concreto [σύνολος = concretus]. El concepto de singularidad significa, por tanto, el carácter concreto, completo, que tiene un “cual” abierto a otro “cual” que, a su vez, lo constituye. Se encuentra, además, en el concepto de “singularidad”, como algo “concreto”, la idea de progreso porque el participio concretus viene del verbo concresco, que significa crecer, progresar, junto con otro. Este otro, a nivel ontológico, no puede ser sino la DIVINA PRESENCIA CONSTITUTIVA del modelo absoluto . Nuestra consciencia ontológica es, lejos de cualquier abstracción, un singular formado por la DIVINA PRESENCIA CONSTITUTIVA del modelo absoluto. Reside en esta consciencia el convivere de la persona humana con su modelo absoluto. Este convivere es el fundamento de la humana experiencia dialogal porque en él encuentra unidad, dirección y sentido toda comunicación y percepción concretas del espíritu humano. Los vivientes personales son vivificados desde el primer momento de la concepción, constituyéndose en personas singulares; poseen, en virtud de la DIVINA PRESENCIA CONSTITUTIVA del modelo absoluto, vivencia personal. La singularidad es, finalmente, el límite formal de la irrepetibilidad, trasunto o vestigio ad extra de la unicidad del sujeto absoluto.

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