BIENESTAR FÍSICO, SICOLÓGICO Y ESPIRITUAL

BIENESTAR FÍSICO, SICOLÓGICO Y ESPIRITUAL: Para F. Rielo, todo lo que tiene que ver con el ser humano que valore la dignidad, el bienestar físico, sicológico y espiritual pertenece al humanismo, sin exclusión de todo lo que sale de sus manos. Para entender esta integración, lejos del reduccionismo, la exclusión y la intransigencia, que estructuran cualquier ideología, debemos concebir al ser humano en todos sus niveles, ámbitos y dimensiones al mismo tiempo.

El bienestar no se reduce solo a los tres niveles de la persona: lo corpóreo, la sique, y el espíritu. Este bienestar tiene que ser integral —corpóreo, sicológico y espiritual— y extenderse a la forma de relación de la persona consigo misma, con la transcendencia, con la sociedad, con la naturaleza. Podemos apreciar, asimismo, que al fruto y disfrute del bienestar intervienen las múltiples dimensiones que la persona humana ha fomentado valiéndose de su creatividad y empeño en orden a la perfección integral. Debemos tener en cuenta que tanto las ciencias experimentales como las experienciales las hace el ser humano, y tienen una finalidad: el bienestar físico, sicológico y espiritual; si atentan contra alguno de estos tres niveles se convierten en anticiencias o ideologías cuya estructura es el reduccionismo, exclusivismo y fanatismo. Estaríamos, en este caso, en un antihumanismo o deshumanización. Es, pues, conforme a la naturaleza humana que el producto que sale de sus manos o de su consciencia tiene que servir —para sí y para los otros— al bienestar, integridad y desarrollo físico, sicológico y espiritual, sin excluir ninguno de ellos, sobre todo el bienestar, integridad y desarrollo espiritual que da unidad, dirección y sentido a todo lo demás.

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