DIVINIDAD Y DEIDAD

DIVINIDAD Y DEIDAD: En el sistema rieliano, se distinguen los dos niveles, deificans , que es DISPOSICIONAL , y TRANSVERBERANS , que es salvífico. Por lo tanto, la deidad, en la que consiste la persona humana, es muy diferente de su elevación, merecida por la redención de Cristo y, en el bautismo, elevada al orden sobrenatural. La inhabitación constitutiva de las personas divinas en el ser humano no significa que este aparezca por creación en estado de gracia santificante. Existen, por tanto, dos niveles de deidad: deidad constitutiva y deidad santificante. El estado de gracia santificante es la elevación al orden sobrenatural de una ontológica presencia constitutiva hasta su grado de plenitud, llamada mística procesión (Véase Divina Presencia Santificante o Mística Procesión), que es, en este caso, comunicativa de las personas divinas a la persona humana, y que, aunque imperfecta y oscura en este mundo, tiene carácter y finalidad eternos. Dicha presencia comunicativa, o mística procesión, o elevación al orden santificante de la presencia constitutiva, queda sintetizada de este modo: la persona humana, en estado de gracia santificante, es ‘padre con el Padre’, ‘hijo con el Hijo’, y ‘espíritu santo con el Espíritu Santo’. Este hecho lo denomina nuestro autor PROCESIONES MÍSTICAS . La divina presencia santificante o mística procesión es, a su vez, la raíz o síntesis de las procesiones místicas. La deidad es siempre por gracia en el ser humano, supuesta la libre creación por Dios del espíritu; la Divinidad es por naturaleza en el sujeto absoluto , por tanto, ad intra; la deidad es acción gratuita ad extra del sujeto absoluto en el ser humano con el ser humano.

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