PANTEÍSMO
PANTEÍSMO: ¿Se explica suficientemente la no-sospecha de panteísmo, en el sistema rieliano, con la triple presencia de lo divino en lo creado, como es en las cosas (acción in distans o vestigial), en los seres vivos no humanos (extrínseca o reverberativa), en la persona humana (presencia de inhabitación o transverberativa)? –En su sistema genético, no se da el panteísmo: primero, porque Dios crea libremente de la genética posibilidad o concepción genética de la nada; segundo, porque la naturaleza creada posee tres niveles: natural, preternatural y sobrenatural. Lo natural de la naturaleza es la materia, sus leyes y sus fenómenos, regidos por la ACTIO IN DISTANS del sujeto absoluto trinitario. Lo preternatural de la naturaleza son los VIVIENTES NO PERSONALES, definidos por la DIVINA PRESENCIA REVERBERATIVA del sujeto absoluto trinitario. Lo sobrenatural de la naturaleza son los vivientes personales, definidos por la divina presencia constitutiva del sujeto absoluto trinitario. A su vez, lo sobrenatural de la naturaleza lo divide nuestro autor en dos ámbitos:
por un lado, ámbito deificans, llamado también primer sobrenatural general o ecuménico, y que es el ámbito de la gracia dispositiva, de la gracia constitutiva, o de la gratia creationis, definido por la DIVINA PRESENCIA CONSTITUTIVA del sujeto absoluto trinitario en todos los seres humanos desde el momento de la concepción;
por otro lado, el ámbito TRANSVERBERANS, llamado también segundo sobrenatural, específico o revelado, y que es el ámbito de la gracia cristológica, de la gracia santificante, o de la gratia redemptionis, definido por la divina presencia constitutiva del sujeto absoluto elevada, por Cristo, al orden santificante (mística procesión) en los bautizados.
En otras palabras, F. Rielo, como H. U. von Balthasar, no cae en sistemas de identidad panteístas y pancósmicos, ni racionalistas e idealistas. Apoyados en el a priori teológico-cristocéntrico (Balthasar), y metafísico-trinitario (Rielo), resitúan el mundo como creación, lo humano como criatura personal-relacional, y Dios como Trinidad Creadora y santificadora. Dios Padre está íntimamente presente en su creación y, a su vez, transcendente, pero empujando todo, con su Espíritu Santo, hacia la consumación escatológica, sustentada en el Cuerpo Resucitado y Glorioso de Jesucristo. El misterio Trinitario es la clave de bóveda en la teología de Balthasar y Rielo, superando toda relación dialéctica o de necesidad entre Ser-Creador y ser-criatura (panteísmo), y toda cosmovisión de creación como resultado de una caída, DEGRADACIÓN de la divinidad, o mera apariencia de ser (gnosis). En la relación Dios-mundo existe un vestigium trinitatis, una reverberatio trinitatis y una imago trinitatis[1].
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- ↑ Ibid., 450-451.