MARÍA (Virgen)

De Escuela idente

MARÍA (Virgen): María es Madre de la Mística Procesión, Nuestra Señora de la Vida Mística, y Madre de la Iglesia. Para la concepción rieliana, en sentido teológico, María es Madre de la Mística Procesión. Esta advocación teológica es convertible en otra advocación popular: Nuestra Señora de la Vida Mística. Y, por ello mismo, es Madre de la Iglesia.

1_.- ¿Qué significa Mística Procesión, en F. Rielo? –_ Mística Procesión (Véase Divina Presencia Santificante o Mística Procesión) se denomina al segundo grado de inhabitación ontológica, o mística, de las personas divinas en la persona humana al que está ordenada la DIVINA PRESENCIA CONSTITUTIVA . La definición de la mística procesión es muy precisa: elevación de la inhabitante presencia constitutiva de las personas divinas en la persona humana, supuesta la libre creación de esta, al orden de la gracia santificante por la propia gracia santificante. Si el primer grado es mística u ontológica inhabitación constitutiva, el segundo grado es mística u ontológica inhabitación santificante. La diferencia entre los tres grados es precisa: constitutivo, ser; santificante, nuevo ser; beatífico, pleno ser.

2_.- ¿Por qué María es Madre de la Mística Procesión y Madre de la Iglesia? –_ Desde el punto de vista teológico, según nuestro teólogo metafísico, María, constituida en plenitud de gracia, gratia plena (Lc 1,28), es, desde el primer instante de la concepción de Cristo en su seno, depositaria de toda la acción santificante divina, mística procesión, de la que es sujeto atributivo (Véase SUJETO ABSOLUTO Y SUJETO ATRIBUTIVO) el Espíritu Santo (Lc 1,35). Esta “maternidad de María en la economía de la gracia” viene afirmada por la Constitución Lumen gentium[1]: «María coopera a la generación (en la gracia) de los fieles con su amor materno». Texto claramente confirmatorio de María, Madre de la Mística Procesión.

Además, desde el punto de vista eclesiológico, si la mística procesión es la esencia de la Iglesia Católica significa, que María es también Madre de la Iglesia porque es Madre de la Mística Procesión.

El razonamiento teológico, en resumen, es sencillo: si María es Madre de la Mística procesión, y, la Mística Procesión, es la esencia de la Iglesia Católica, María será, entonces, Madre de la Iglesia Católica.

Como conclusión, según F. Rielo, no puede negarse la devoción privada a la Santísima Virgen bajo la advocación de Madre de la Mística Procesión, y establecer el discurso teológico sobre la proposición ‘María es Madre de la Iglesia porque es Madre de la Mística Procesión’, pues no parece existir objeción dogmática. El Concilio Vaticano II, al expresarse sobre la doctrina acerca de María, defiende el derecho a la opinión de las distintas escuelas: «Por eso, el sagrado Concilio… se propone explicar… sin tener la intención de proponer una doctrina completa sobre María ni resolver las cuestiones que aún no ha dilucidado plenamente la investigación de los teólogos. Así, pues, siguen conservando sus derechos las opiniones que en las escuelas católicas se proponen libremente acerca de aquella que, después de Cristo, ocupa en la santa Iglesia el lugar más alto y a la vez el más próximo a nosotros»[2].



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  1. LG, 62-63. n. 62. Otros títulos marianos están expresando esta realidad, fundados, por el propio Magisterio, en la maternidad divina de María: “Madre de los hombres” (Dz, 3262, 3275; L.G., 54), “Mediadora” (Dz, 3321, 3370; L.G., 62), “Corredentora” (Dz, 3902, 3914s., 3916, 3926…), “Intercesora” (Dz, 1400, 2187, 3274, 3370) …
  2. LG, n.54. F. Rielo, en diversos textos inéditos, justifica también otros títulos de María: María es criatura máxima posible; Omnipotencia suplicante; Mater Dei; Sacralidad absoluta; Mater Divinae Redemptionis o corredentora; Mater Praedestinationis; Mater Eucharistiae; Mater Sacratissimi Trisagii; Regina Artium; Esposa del Espíritu Santo; Hija del Padre…