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Revisión actual - 11:27 21 sep 2024
EXPERIENCIA, Concepción genética de la: La experiencia es espaciotemporalización de la vivencia (Véase VIVENCIA Y EXPERIENCIA) que recibe el creado espíritu humano en el momento de la concepción en virtud de la divina presencia constitutiva del absoluto.
Nuestro autor llama ‘experiencia mística’ al resultado de las vivencias positivas de liberación interior, que proporcionan paz, alegría y felicidad. Esta experiencia requiere el acto de libertad con el conocimiento y consentimiento de aquello que se está haciendo o se va a decidir. Cuando la libertad está guiada por la virtud, tenemos experiencia de una libertad formada, que nos realiza y es signo de madurez; somos conscientes de que nos encontramos bien, en paz, dispuestos a afrontar la vida. Al contrario, cuando la libertad es guiada por la mentira, la malicia o el mal gusto, tenemos experiencia de una libertad deforme, deshumanizante, que es signo de inmadurez; somos conscientes de que nos encontramos mal, inquietos, con miedo a afrontar cualquier situación molesta o dolorosa.
Distingue, asimismo, las siguientes clases de experiencia según los niveles de la persona humana (corporal, anímico y espiritual):
a) Experiencia humana según el nivel corporal o somático: a través de los sentidos externos (vista, oído, tacto, gusto, olfato); a través de los sentidos internos (equilibrio, kinestésico, receptores); a través del instinto y pulsión (supervivencia, hambre, sed); a través de los estímulos y reflejos (internos, externos, condición); a través de las funciones vitales (digestión, respiración, neurológicas). Es la experiencia sensible: visual, auditiva, instintiva, estimúlica, refleja, digestiva…
b) Experiencia humana según el nivel psíquico o anímico: por la facultad intelectiva (INTUICIÓN, razón, memoria, sentimiento); por la facultad volitiva (FRUICIÓN, deseo, IMAGINACIÓN, emoción); por la facultad unitiva (libertad, INTENCIÓN, conectiva, pasión). Es la experiencia anímica: intuitiva, racional, mnésica, fruitiva, desiderativa, imaginativa, pasional…
c) Experiencia humana según el nivel neumático o espiritual: por las ESTRUCTURAS Y OPERADORES GENÉTICOS de carácter atributivo (verdad, bien, belleza); por las estructuras y operadores de carácter receptivo (CREENCIA, expectativa, amor, fe, esperanza, caridad); por las estructuras y operadores _de carácter legislativo__:_ (inmanencia, transcendencia, perfectibilidad); por la estructuras y operadores de carácter transformativo: 1.- _Virtudes cardinales__:_ prudencia, justicia, fortaleza, templanza; 2.- Virtudes morales: honor, humildad, generosidad, paciencia, perseverancia, responsabilidad, lealtad, respeto, gratitud, etc. 3.- _Valores__:_ tolerancia, solidaridad, disciplina, fraternidad, cortesía, adaptabilidad, optimismo, organización, valentía, etc. Es la experiencia espiritual: del bien, belleza, transcendencia, perfección, prudencia, CREENCIA, amor…
La experiencia puede dividirse además según los ámbitos y dimensiones (Véase Niveles, Ámbitos y Dimensiones). Si nos referimos a los ámbitos hay que afirmar: la experiencia personal (interna, subjetiva, proyectiva, transcendente, inmanente…), experiencia sacral (mística, religiosa, litúrgica, moral, oracional, eucarística…), social (familiar, universitaria, empresarial, comunitaria…), cósmica (climática, ambiental, espacial, gravitacional…). Si nos referimos a las dimensiones, la experiencia recibe el nombre de estas con sus derivaciones: histórica, científica, artística, deportiva, estética, profesional, etc.
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