PATRIMONIO GENÉTICO

De Escuela idente
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PATRIMONIO GENÉTICO: La DIVINA PRESENCIA CONSTITUTIVA del modelo absoluto en el espíritu humano dota a este de un ontológico patrimonio genético que, definiéndole persona a imagen y semejanza de las personas divinas, da razón de su “SER+” y de su altísima dignidad constitutiva como hijo de Dios, lo capacita para el místico conocer del (Véase Del/de la) divino conocer, y lo atrae al místico vivir del divino vivir. Este hecho supone que el absoluto establece con la persona humana una ALIANZA ONTOLÓGICA O MÍSTICA por la que aquel se compromete a hacerle partícipe de su vida divina, dándole la capacidad de realizar el COMPROMISO ONTOLÓGICO de unirse con quien es su modelo absoluto. El COMPROMISO ONTOLÓGICO fundamenta el compromiso ético o moral. Sin el COMPROMISO ONTOLÓGICO el compromiso ético carece de unidad, dirección y sentido . La actuación de la divina presencia constitutiva en el ser humano con el ser humano es acción teantrópica (Véase Teantrópico) que posibilita la vocación metafísica y mística del ser humano. Esta vocación la podemos observar ya en el niño cuando queda insatisfecho de las respuestas que sus padres le dan a sus continuas preguntas: ‘¿qué es esto?’, ‘¿por qué?’, ‘¿para qué?’… Son verdaderas preguntas de esencia, de finalidad, de causalidad. En este sentido, aunque conserven una cierta autonomía, no pueden separarse metafísica y teología, ontología y mística.

El fundador de la Escuela Idente afirma que el patrimonio genético es el gene u ontos que está dotado de estructuras (sub ratione essendi) y operadores (sub ratione operandi) que, en unos casos, son atributivos (como la verdad, el bien y la belleza); en otros, receptivos (como la CREENCIA, la expectativa y el amor); en otros, legislativos (como las leyes ontológicas de la inmanencia, transcendencia y perfectibilidad); y en otros, transformativos, como son las VIRTUDES cardinales y morales, incluyendo los dones, bienaventuranzas, y, en general, todos los valores. Refiriéndonos a las leyes ontológicas: por la inmanencia el ser humano es sí mismo, por la ley de la transcendencia es + que sí mismo, y por la ley de la perfectibilidad es la forma perfectionis (forma de tender a la perfección) de ser sí mismo y + que sí mismo. (Véase ESTRUCTURAS Y OPERADORES GENÉTICOS).

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