FRUICIÓN

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FRUICIÓN: La fruición —con sus componentes sicoespirituales de la apreciación, agrado y consentimiento— es la función sicoespiritual de la facultad volitiva que, activada por la EXPECTATIVA , abre al infinito el deseo —con sus componentes sicosomáticos de la valoración, atracción y compromiso—, la imaginación —con sus componentes sicosomáticos de la ficción, figuración y fantasía—, y la emoción con sus componentes sicosomáticos del afecto, apetito y predilección. El deseo, la imaginación y la emoción son, por tanto, unidades estructurales complejas que pueden ser activadas como un campo abierto de valores que la voluntad ordena dándoles unidad, dirección y sentido . Estos valores dan lugar a otros deseos, imaginaciones y emociones que, dirigidos por la fruición activada por la expectativa o esperanza, tienen la misión de formar bien la desideralización del referente. Ahora bien, la desideralización no puede ser de cualquier manera; antes bien, la unidad, dirección y el sentido del deseo, proporcionados por la fruición activada por la expectativa, nos tienen que llevar al término fundante de todo deseo. Se denomina a este proceso exigencia desiderativa del fundamento (Véase Fundamento).

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