UNIÓN HIPOSTÁTICA, Concepción genética de la

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UNIÓN HIPOSTÁTICA, Concepción genética de la: La concepción genética de la hipostasiación nada tiene que ver con el concepto histórico de hipóstasis y sus ambigüedades ontológicas. Esta metafísica hace de la hipóstasis un concepto bien formado. La sintaxis genética (Véase SINTAXIS, Concepción genética de la) es la siguiente: “Las personas divinas hipostasian su naturaleza absoluta; la naturaleza absoluta es hipostasiada por las personas divinas”. Las personas divinas son el sujeto agente; la naturaleza absoluta, el objeto paciente. La naturaleza absoluta es, por tanto, el objeto replicativo de la acción hipostasiante de las personas divinas. Esta sintaxis es la misma para el caso de la unión hipostática del Hijo: las dos naturalezas, divina y humana, son el objeto replicativo de la acción hipostasiante de su persona divina. La transverberación absoluta revela las dos propiedades, hipostasiante y concelebrante, recibidas de su sujeto absoluto: las personas divinas. La transverberación mística refleja, debido a su carácter replicativo, estas mismas propiedades.

La hipostasiación consiste en la potestad con la que la persona establece su naturaleza. Esta potestad personal, borrando a priori el absurdo enunciativo de ‘naturaleza es naturaleza’, es su singularizante: natura divina est secundum potestatem personae. La negación de la hipostasiación arroja el concepto de naturaleza a la irracionalidad propia del coseísmo. La hipostasiación, afirmada del sujeto absoluto , es divina; de los seres humanos, mística. Su carácter místico viene de la DIVINA PRESENCIA CONSTITUTIVA del ACTO ABSOLUTO en el espíritu creado. Si me refiero a la encarnación, la hipostasiación es también divina por la presencia santificante de la persona divina del Verbo en la naturaleza humana.

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