RAZÓN
RAZÓN: ¿Hay peligro de confusión entre FE y razón, natural y sobrenatural en F. Rielo? – No hay ningún peligro. Nuestro autor no concibe la FE y la razón como compartimentos estancos, esto es, desde la IDENTIDAD o TAUTOLOGÍA de una fe y razón cerradas en sí mismas, ni tampoco las confunde de tal modo que aparezcan iguales o intercambiables. Cada una, aunque abiertas entre sí, tiene su función propia. La razón como función sicosomática de la inteligencia, impulsada por la CREENCIA , posee capacidad dianoética de abrirse a la FE; por su parte, la FE , como don sobrenatural santificante, se abre a la razón, asumiéndola y elevándola, interviniendo la LIBERTAD DIVINA y la libertad humana. La originalidad de F. Rielo reside en que la razón viene formada por la CREENCIA como natural estructura y operador transcendental de la inteligencia, capaz de disponer a la razón (le da capacidad dianoética) para poder recibir el don de la fe. El ECUMENISMO con las demás religiones debe servirse de la CREENCIA, teniendo en cuenta que esta dirige la razón para formar bien el objeto de conciencia: sea el ser humano, sea el mundo, sea Dios. La CREENCIA es, también, la que plantea las hipótesis de las CIENCIAS EXPERIENCIALES Y EXPERIMENTALES . La fe, en cambio, es selectiva: posee como objeto inmediato a la Santísima Trinidad, dirigiendo a Ella la razón para que esta encuentre la unidad, dirección y sentido sobrenaturales de su desarrollo discursivo.
La TEOLOGÍA y la metafísica , repite una y otra vez nuestro teólogo metafísico, son dos ciencias complementarias, no separables, que estudian el mismo modelo: [≑] en el nivel DIANOÉTICO; [≑≑] en el nivel HIPERNOÉTICO . La metafísica lo estudia sub ratione absolutitatis; la TEOLOGÍA, sub ratione divinitatis. No existe una metafísica simpliciter y una teología simpliciter porque habríamos incurrido en la identidad ‘metafísica es metafísica’ y ‘teología es teología’. La metafísica debe servir a la teología de metalenguaje; la teología a la metafísica, de lenguaje objeto; y, al contrario, la teología debe servir a la metafísica de metalenguaje; la metafísica a la teología, de lenguaje objeto.
No existen, pues, dos modelos, uno teórico y otro positivo, sino único modelo GENÉTICO. En caso contrario, habríamos establecido el absurdo de dos absolutos: uno teórico (‘teórico es teórico’) y otro positivo (‘positivo es positivo’). [≑] es la matriz teórica de la realidad positiva, que es [≑] constituyendo único modelo absoluto [≑] y VIVIENTE DEFINICIÓN TRANSCENDENTAL .
Si aplicamos el CORTE ANALÍTICO al ser personal, obtenemos que, al separar la persona de su ser, el ser se queda en puro teórico, y la persona, desprovista de su ser, se nos convertiría en un imposible. Esto quiere decir que lo teórico se implica en lo positivo y lo positivo en lo teórico. No son dos compartimentos estancos, pero tampoco se identifican. El modelo absoluto son dos seres congénitos que determinan formalmente la realidad genética de los que su suprema expresión son dos seres personales en INMANENTE COMPLEMENTARIEDAD INTRÍNSECA [≑] . No hay mezcla del discurso metafísico y teológico, sino complementariedad; en este sentido, la metafísica es teológica y la teología es metafísica. Si hablamos del ser, nos tenemos que referir a su suprema expresión real, la persona; si hablamos de la persona, nos tenemos que referir a su contenido supremo, el ser. No hay, sin embargo, confusión, si se tiene en cuenta que la metafísica estudia el modelo sub ratione absolutitatis, único sujeto absoluto constituido por dos seres [≑] cuya suprema expresión son dos personas divinas [≑]; la teología, a su vez, estudia el modelo sub ratione divinitatis, único Dios constituido por dos personas divinas [≑] cuyo contenido son dos seres divinos [≑]. Nos encontramos, pues, ante un sistema de pensamiento que, no perdiendo el carácter universal de la razón credencial, es específicamente cristiano. Este modelo rieliano posee la peculiaridad de que, por primera vez en la historia del pensamiento, se eleva la teología a metafísica y la metafísica a teología.
El problema entre la razón y la fe, lo plantea F. Rielo como razón formada por la CREENCIA constitutiva y la razón formada por la fe santificante; dicho de otro modo, el problema es, sobre todo, entre la razón credencial y la razón fiducial. La razón es una función de la inteligencia que tiene necesidad de la CREENCIA o de la fe para abrirse al objeto de conocimiento. La razón credencial bien formada prepara y dispone a la inteligencia para ser elevada por la gracia a razón fiducial cuyo objeto de conocimiento inmediato es la Santísima Trinidad, que da unidad, dirección y sentido a todo otro objeto de conocimiento.
¿Es demasiado racionalista el planteamiento y el desarrollo, de la teología pura en F. Rielo? – La teología pura, o teología metafísica, tal y como la plantea nuestro autor, no es racionalista por cuanto que: a nivel DIANOÉTICO, se sirve de la razón formada por la CREENCIA, y a nivel HIPERNOÉTICO, se sirve de la razón formada por la fe teologal teniendo como fuente la Revelación. El esfuerzo, sano y loable, que hace F. Rielo es tratar de explicar racionalmente (mediante la CREENCIA y la fe, que son las formantes de la razón) el Misterio cristiano, como viene siendo misión secular de la TEOLOGÍA auténtica. Con una característica: nuestro pensador pretende hacer un metarrelato, o explicación de un pensamiento desde la razón fuerte activada por la CREENCIA y la FE; aparece como contracorriente cultural en nuestro tiempo, donde parece primar la razón débil y fragmentada, tecno-líquida y de postverdad.
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