ORIGEN DEL PENSAMIENTO DE FERNANDO RIELO
ORIGEN DEL PENSAMIENTO DE FERNANDO RIELO: El origen del pensamiento rieliano no es escolástico, ni radica en ninguna escuela teológica concreta, o en el influjo de un determinado sistema filosófico, estrictamente hablando. Aunque dicho pensamiento recoge un amplio bagaje cultural histórico, filosófico y teológico. Es un pensamiento integrador y, sobre todo, bien formado, y avalado por la propia y personal experiencia espiritual y mística del propio autor.
A sus 16 años, tuvo una experiencia honda de Dios Padre, no en el contexto propiamente de una conversión, sino en un proceso de vivencia espiritual que, desde niño, ya poseía: su relación familiar con su Padre Celeste. A esa edad, se le regala una experiencia singular: se le aparece el Padre, y se abraza a su cintura hipostasiada en un árbol. Este hecho lo narra él personalmente: «Me sucedió la siguiente experiencia en Valsaín, un pueblo de la serranía de Segovia, el día 28 de agosto de 1939, cumpliendo yo dieciséis años. Se me presentó el Padre al amanecer, precisamente bajo un árbol, y me dijo: “hijo, sé santo como yo soy santo”. Me abracé al tronco de este árbol como si fuere su cintura. Quedóme grabada una impresión penitencial de luchar siempre contra mis pasiones por amor a Él»[1]. Más tarde, terminados los estudios de bachillerato, decide estudiar filosofía y Letras en la Universidad Central de Madrid, pero ingresa en los Padres Redentoristas, donde realizó sus estudios eclesiásticos de filosofía y teología. Durante este periodo percibió con claridad que había un problema permanente e histórico, que acuciaba a la filosofía y a la teología, es decir, a la relación entre razón y fe.
¿Podemos tocar el Misterio? ¿Hay ‘algo de base’ que favorezca o impida la fluida relación entre la fe y la razón? En términos metafísicos, es el tema permanente del Ser y la epistemología para conocerlo, y, en el campo propiamente teológicos, será el problema tan debatido, particularmente en el Concilio Vaticano II-Postconcilio, de la relación ‘natural-sobrenatural’ (Cfr. Henri De Lubac, J. Alfaro, K. Rahner…), o de cómo escuchar y conocer a un Dios que nos ha creado y se revela. F. Rielo continúa con esta preocupación intelectual y, a la vez, existencial y práxica.
Tendrían que pasar aún más de diez años –hasta el año 1964– para que le aconteciera otra experiencia clave que le marcaría definitivamente en su pensamiento: la manifestación del “SER+”, y que él justifica como inspirado por el Padre divino de la metafísica, en ANALOGÍA a lo sucedido en la historia de la Filosofía con Parménides: «Si Parménides invoca a la diosa de la verdad, ¿por qué yo, siendo cristiano, no puedo afirmar que mi Padre Celeste me ha revelado, en visión, el punto de partida de la suma verdad del ser?»[2]. «Desde entonces –manifiesta– encontré la solución». El Padre se revelaba como “SER+” , como sujeto atributivo (Véase SUJETO ABSOLUTO Y SUJETO ATRIBUTIVO) de lo que llamará CONCEPCIÓN GENÉTICA DEL PRINCIPIO DE RELACIÓN . Este es el origen verdaderamente hermenéutico de su pensamiento y que, en años sucesivos, desarrollará con el “SER+” , como norte de su sistema. Desde este descubrimiento hermenéutico, para él la naturaleza creada está _in__habitada_ por un sujeto absoluto, en sus tres dimensiones: natural, preternatural y sobrenatural:
lo natural de la naturaleza es la materia y sus fenómenos, definidos por la ACTIO IN DISTANS del sujeto absoluto;
lo preternatural de la naturaleza son los VIVIENTES NO PERSONALES, definidos por la DIVINA PRESENCIA REVERBERATIVA del sujeto absoluto;
lo sobrenatural de la naturaleza son los vivientes personales, definidos por la DIVINA PRESENCIA CONSTITUTIVA del sujeto absoluto.
A su vez, lo sobrenatural de la naturaleza lo divide nuestro teólogo metafísico en dos ámbitos:
deificans , llamado también primer sobrenatural general o ecuménico, y que es el ámbito de la gracia dispositiva, de la gracia constitutiva, o de la gratia creationis, definido por la divina presencia constitutiva del sujeto absoluto en todos los seres humanos desde el momento de la concepción;
TRANSVERBERANS , llamado también segundo sobrenatural, específico o revelado, y que es el ámbito de la gracia cristológica, de la gracia santificante, o de la gratia redemptionis, definido por la divina presencia constitutiva del sujeto absoluto elevada, por Cristo, al orden santificante en los bautizados.
Serían necesarios otros 14 años (hasta 1988) para formular que, en el “SER+”, se encierra la concepción genética de dicho principio de relación , tanto a nivel racional, (≑), como al nivel revelado, (≑≑). La primera sistematización, todavía en vida del autor, fue la concepción genética del método (Véase MÉTODO, Concepción genética del), cuya obra constituye varios volúmenes, aún inéditos, donde está codificado el llamado modelo absoluto .
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