TRISTEZA (mística)

TRISTEZA (mística): La “MÍSTICA tristeza” de la que habla F. Rielo es lo que él mismo denomina “aflicción” por las cosas del Padre, causada por un amor que no puede realizarse en plenitud, pero que, al mismo tiempo, genera íntima alegría cuando el apóstol puede realizar cualquier cosa por Él. Cristo encarna en la cruz la auténtica expresión del amor con su “DOLOR DEL AMOR”, al mismo tiempo que desea que tengamos en nosotros mismos su alegría colmada (Jn 17,13). San Pablo ha sabido expresar profundamente este gozo de la cruz: el apóstol de Cristo, afligido, está siempre gozoso (2Cor 6,10), sobreabunda en gozo en sus tribulaciones (2Cor 7,4)…

Nuestro autor no se refiere a la tristeza patológica o depresión, ni a la tristeza o estado emocional pasajero provocado por una contrariedad fuerte de la vida; es más bien el estado de una persona cuando la vida no tiene para ella sentido, y tiene una connotación moral; una persona que obra el mal se sentirá triste. Si el Padre es la razón de todas las cosas y fuente de la alegría, el alejamiento del Padre a favor de las cosas del mundo tiene que causar lo contrario de la alegría: la tristeza de la vida. Este tipo de tristeza, que es la tristeza del pecado, es la que nos lleva a detectar que estamos lejos de Dios.