CREACIÓN, Concepción genética de la
CREACIÓN, Concepción genética de la creación: Afirma el fundador de la Escuela Idente que la omnipotencia divina, actuando en la POSIBILIDAD GENÉTICA del VACÍO DE SER, da lugar al primer momento de la creación; esto es, al big-bang de la materia y sus fenómenos con su tiempo y espacio físicos. Esta materia creada, cuando llega a su grado culmen de evolución se abre a la creación de la vida o segundo big-bang continuado, causado por el ejercicio de la omnipotencia divina. Tal hecho ocurre allí donde se da la interacción de los elementos prebióticos —carbono, ácidos nucleicos, proteínas, lípidos y glúcidos— que hacen posible la creación de la vida en el cosmos. Estos elementos son los responsables del advenimiento, por creación, de la vida orgánica o vegetativa a nuestro cosmos. A su vez, la vida vegetativa, en su evolución con el sistema nervioso y el cerebro, se abre a nuevos modos de creación de vida síquica o anímica. Por último, la vida síquica o anímica —en su evolución con el proceso máximo de encefalización y desarrollo de la corteza cerebral— se abre a la creación del espíritu en el momento de cada concepción biológica, posibilitando la vida espiritual o consciencial de la persona humana por medio de la DIVINA PRESENCIA CONSTITUTIVA del absoluto como principio que acompaña al acto creador y da permanencia al ser del espíritu.
1_.- ¿Cómo entiende F. Rielo la creación por Dios de la nada? –_ Recuerda nuestro autor que el Concilio Vaticano I declara: Si quis non confiteatur mundum resque omnes, quae in eo continentur, et spirituales et materiales, secundum totam suam substantiam a Deo ex nihilo esse productas, a. s.[1]. La creación es, por tanto, ex nihilo (de la nada); es decir, que antes del acto creador no existía la cosa como tal, ni tampoco sustrato material alguno del que pudiera haber sido sacada.
Observa, además, que el Magisterio no se pronuncia sobre la definición de la expresión ex nihilo. ¿Qué se entiende por nada?… ¿Se está refiriendo el Magisterio al concepto filosófico de ‘nada absoluta’?… Y sigue insistiendo en que fuera del sujeto absoluto, no puede haber otro absoluto; por tanto, es imposible que el Magisterio se esté refiriendo a un concepto de ‘nada absoluta’ en el sentido que tiene dentro de la concepción genética del pensamiento rieliano. Ya sabemos por la CONCEPCIÓN GENÉTICA DEL PRINCIPIO DE RELACIÓN que el sujeto absoluto hace imposible ad extra la nada absoluta. Por tanto, el concepto de ‘nada’ pertenece al lenguaje común, y quiere decir que el acto creador no necesita ningún sustrato material para producir algo. El concepto de ‘nada’ no es, pues, el de una nada absoluta, sino el de la concepción genética de la nada. Si la nada no es absoluta, fuera del sujeto absoluto hay “algo” (no sustrato material, ni anímico, ni espiritual) que no es el sujeto absoluto, pero que está sujetado por el proprio sujeto absoluto.
La concepción genética de la nada es la POSIBILIDAD GENÉTICA . Si no fueran, genéticamente, posibles los seres y las cosas, el acto creador no podría producirlas. Por tanto, la interpretación científica de nuestro teólogo metafísico acerca del ex nihilo esse productas es como sigue: ex genetica possibilitate esse productas; esto es, Dios crea, de la genética posibilidad (concepción genética de la nada), los seres y las cosas con sus fenómenos.
Debemos tener presente que nuestro autor desea confirmar siempre la doctrina del Magisterio definiéndola, interpretándola y completándola desde la CONCEPCIÓN GENÉTICA DEL PRINCIPIO DE RELACIÓN, contribuyendo, por ello, a una mayor comprensión científica (desde las ciencias experienciales con el supuesto de la concepción genética de la metafísica) de las proposiciones de fe y del contenido de la revelación.
2_.- ¿Qué piensa F. Rielo sobre el evolucionismo y el creacionismo? –_ Según su enseñanza, existen tres niveles en la creación:
la materia y sus fenómenos con sus leyes y procesos evolutivos hasta su culminación en el cerebro humano;
los VIVIENTES NO PERSONALES: vegetales, animales, donde entran todos los tipos de VIVIENTES NO PERSONALES: desde los unicelulares a los pluricelulares más complejos, desde los hongos y bacterias hasta los homínidos;
y los vivientes personales: ser humano y ser angélico.
Dios crea la materia y sus fenómenos con el big-bang de la materia, junto con sus leyes y el inicio del espacio y tiempo físicos, donde se realizarán todos los procesos de la evolución hasta llegar al cerebro humano. La vida no emerge de la materia, sino que Dios crea las formas vitales cuando se dan las circunstancias en los procesos evolutivos; por ejemplo, Dios crea e infunde la vida (vida primitiva) cuando acontece la interacción de las partículas prebióticas: carbono, ácidos nucleicos, proteínas, lípidos y glúcidos. Es entonces, en estas interacciones en las que aparecen entes autónomos con su forma estructural cuando Dios comienza a crear la vida, pero la vida no emerge ni sale de la materia; es la materia la que, en esta evolución, se abre a la vida vegetativa, anímica o espiritual. Dios ha puesto en las leyes evolutivas el desarrollo de esa capacidad para que se dé la vida en todas sus formas y niveles, pero cada vida individual tiene que ser un nuevo acto creador del absoluto. Y en cada acto creador ya sabemos que el modelo absoluto se hace presente en tres categorías: la ACTIO IN DISTANS , la DIVINA PRESENCIA REVERBERATIVA y la DIVINA PRESENCIA CONSTITUTIVA , según sean los niveles propios de los seres creados: materia, VIVIENTES NO PERSONALES, vivientes personales.
El mayor grado de evolución de la materia está en el cerebro humano que contiene la cifra astronómica de unos 100 mil millones (1011) de neuronas. Estas células pasan las señales entre sí a través de hasta 1000 billones (1015) de conexiones sinápticas. Supone una enorme compositividad del cerebro, y todo ello es dentro de la evolución de la materia.
Como afirma el fundador de la Escuela Idente, en la evolución se da la creación y en la creación se da la evolución. No hay que separar creación de evolución y evolución de creación. No existe el evolucionismo ni el creacionismo, sino la evolución en la creación y la creación en la evolución.
Los ángeles, al no tener materia, no estuvieron en ningún proceso evolutivo, y eran ajenos al espacio y tiempo físicos en su estadio viador antes de entrar en la gloria; por eso, fueron creados todos al mismo tiempo, sin tener que esperar las condiciones materiales aptas para su naturaleza, dentro de un proceso biológico, pues no las necesitaban: son espíritus sicologizados, no sicosomatizados. Los ángeles no necesitaban, pues, de evolución, solo de creación.
3_.- ¿En qué sentido F. Rielo defiende no solo la inmortalidad de los vivientes personales, sino también la inmortalidad de los VIVIENTES NO PERSONALES? –_ Nos recuerda que Dios, en un momento, creó miles de millones de ángeles (un número abierto a la infinitud, pues sabemos que no puede crear un número infinito porque se daría la PARADOJA DEL DOBLE ABSOLUTO). También en un segundo, cuando se dan las condiciones biológicas, Dios puede crear miles de millones de vivientes, o ‘formas viventes’.
Podemos hablar de una cierta sicología en los seres impersonales en virtud de que la estimulidad no es absoluta, sino que, animados por sus propias formas, la estimulidad está abierta —conforme a su propia naturaleza, por la reverberación de la divina presencia en estas individuales formas— al sujeto absoluto, al ser humano y a los otros seres, según el orden que el absoluto ha establecido para ellos. En este sentido, hay que hablar de la inmortalidad de las criaturas (sus formas son inmortales). Esta inmortalidad, no obstante, pertenece solo al orden preternatural, y, en ningún caso, al orden sobrenatural. Los animales también son inmortales; quedarán transformados conforme a su naturaleza y reconocerán a Dios como su Amo, porque Dios les toca de una forma permanente en su alma o anímico. Tienen, por tanto, su bienaventuranza propia de carácter preternatural[2]. ¿Por qué, en resumen, se da la inmortalidad de las formas VIVIENTES NO PERSONALES creadas? La razón es clara: Dios no aniquila lo que crea.
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