ÁMBITOS HUMANOS
ÁMBITOS HUMANOS: La persona humana desarrolla su existencia y se mueve en cuatro ámbitos relacionales:
Ámbito personal, relación de la persona consigo misma;
Ámbito sacral, relación de la persona con lo transcendente;
Ámbito social, relación de la persona con las otras personas;
Ámbito cósmico, relación de la persona con la naturaleza.
F. Rielo, también distingue otros ámbitos:
a) Constitutivo: Es el ámbito general, fundante o ecuménico, definido por la divina presencia del absoluto que, intrínseca, se da a todo ser humano con la creación de su espíritu en el momento de la concepción biológica. Constituye el ámbito de las ESTRUCTURAS Y OPERADORES GENÉTICOS receptivos, atributivos, legislativos y transformativos conformando el místico patrimonio GENÉTICO de la persona humana.
b) Santificante o salvífico: Es la elevación SOBRENATURAL cristológica del ámbito constitutivo, general, fundante o cristológico. La DIVINA PRESENCIA CONSTITUTIVA del absoluto no es, en sí misma, salvífica, pero está ordenada al ámbito salvífico o santificante dado en el bautismo; en este caso, los receptores u operadores sicoespirituales de la CREENCIA, la expectativa y el amor, son elevados a nuevo ámbito. Este ámbito es, para el cristiano, el de las virtudes teologales que tienen a la Santísima TRINIDAD por objeto inmediato: la fe es elevación al orden santificante de la CREENCIA; la ESPERANZA es elevación al orden santificante de la expectativa; la CARIDAD es elevación al orden santificante del amor. Lo mismo hay que decir de las demás ESTRUCTURAS Y OPERADORES GENÉTICOS : estos, elevados al orden santificante, son los mismos que sus constitutivos. La elevación al orden santificante es un infuso que tiene como sujeto atributivo (Véase SUJETO ABSOLUTO Y SUJETO ATRIBUTIVO) la inspiración SOBRENATURAL del Espíritu Santo. La fe, la esperanza y la CARIDAD son, por tanto, los receptores y operadores de la gracia santificante; a ellos se añaden como operadores prevenientes, sustentantes, transformativos e incrementativos, las virtudes cardinales y morales, los llamados dones del Espíritu Santo y las bienaventuranzas.
c) SOBRENATURAL: Todo lo que tiene que ver con la presencia del modelo absoluto en el ser humano –tanto el nivel constitutivo como el santificante– es de ámbito SOBRENATURAL en virtud de que no existe en el orden creado el concepto de ‘naturaleza pura’ por presentarse esta noción con carácter absoluto. Se dan, por tanto, dos ámbitos sobrenaturales: a) el ámbito de las estructuras y operadores receptivos de la CREENCIA, de la expectativa y del amor, que denomino SOBRENATURAL constitutivo, relativo a la consciencia dianoética, porque es el de la DIVINA PRESENCIA CONSTITUTIVA en la persona humana como principio creacional, concreacional, actual y epistémico (Véase PRINCIPIO ABSOLUTO O METAFÍSICO); b) el ámbito de las virtudes teologales de la fe, de la esperanza y de la CARIDAD, que se denomina SOBRENATURAL santificante, relativo a la consciencia hipernoética, porque es el de la elevación de la DIVINA PRESENCIA CONSTITUTIVA al orden cristológico o revelado, que se denomina divina presencia santificante o mística procesión ; esta es, a su vez, raíz ontológica de las procesiones místicas en el espíritu humano a imagen y semejanza de las procesiones divinas en la Santísima TRINIDAD.
d) Verificativo: También denominado ámbito positivo o real. No se puede contraponer lo lógico a lo positivo o a lo real, pues lo lógico o lo teórico tendría una fuerte connotación de negatividad y de irrealidad. Lo veritativo es lo efectuado, lo realizado. Lo lógico y lo verificativo son dos caras de una misma moneda que es la realidad singular.
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