Diferencia entre revisiones de «MONOTEÍSMO»
Página creada con «'''MONOTEÍSMO:''' Con su ''CONCEPCIÓN GENÉTICA DEL PRINCIPIO DE RELACIÓN'' o ''SER+'' , F. Rielo pone, a nivel intelectual formado por la CREENCIA, las bases sólidas de un ECUMENISMO metafísico y místico_:_ «No se trata, en este caso, de un ECUMENISMO religioso, pretendido actualmente por las iglesias cristianas. Mi sistema se refiere, más bien, a un ECUMENISMO metafísico y ontológico, dado que el primer ámbito de mi CONCEPCIÓN G…» |
Sin resumen de edición |
||
Línea 11: | Línea 11: | ||
<references /> | <references /> | ||
[[Category:Diccionario]] |
Revisión actual - 14:42 21 sep 2024
MONOTEÍSMO: Con su CONCEPCIÓN GENÉTICA DEL PRINCIPIO DE RELACIÓN o SER+ , F. Rielo pone, a nivel intelectual formado por la CREENCIA, las bases sólidas de un ECUMENISMO metafísico y místico_:_ «No se trata, en este caso, de un ECUMENISMO religioso, pretendido actualmente por las iglesias cristianas. Mi sistema se refiere, más bien, a un ECUMENISMO metafísico y ontológico, dado que el primer ámbito de mi CONCEPCIÓN GENÉTICA DEL PRINCIPIO DE RELACIÓN puede ser aceptado, sin el dato de la infusa fe teologal, por la inteligencia humana. Este es, para mí, el fundamento cultural para un ECUMENISMO religioso, no solo entre iglesias cristianas, sino también entre todos los credos. La raíz de esta ecumene (Véase ECUMENISMO), aportada por mi CONCEPCIÓN GENÉTICA DEL PRINCIPIO DE RELACIÓN , es, cuando menos, la BINIDAD de dos seres personales en INMANENTE COMPLEMENTARIEDAD INTRÍNSECA »[1].
El monoteísmo unipersonalista o impersonalista no existe realmente, pues larva en sí mismo el nihilismo porque carece ad intra de relación; por tanto, también ad extra. Ninguna religión, con una visión bien formada de la realidad, podría admitir la abstracción tautológica del absoluto. Las religiones han necesitado de fundadores religiosos que han intentado, con mucha dificultad, dar contenido real al absoluto. El influjo de unas en otras ha sido evidente. La constante en que se mueve el sentir religioso en las grandes religiones ha consistido en los dos términos de relación: Yahvé y Moisés; Alá y Mahoma, etc. Ahora bien, esta relación no puede llamarse absoluta, pues los dos términos no son a nivel absoluto ya que uno de ellos es finito. Solo uno, Yahvé, Alá, son términos a nivel absoluto, pero el otro término no lo es. En el Antiguo Testamento, no obstante, encontramos indicios de una BINIDAD bien formada[2] que no encontramos en el Corán y en otros libros sagrados. Cierto que ya Ricardo de San Víctor, afirmando que Dios es amor, admite dos personas igualmente divinas, y, por tanto, demuestra un Dios al menos binitario, que necesita un condilectus, tercera persona divina, fruto del amor. Este gran teólogo nos ofrece un modelo de Dios como comunidad de personas en mutua relación. Sin embargo, no está claro en qué pueden consistir las relaciones en Dios, el orden de las procesiones y por qué tienen que ser exactamente tres personas divinas.
Se debe hallar, entonces, la visión bien formada del modelo absoluto . Los dos términos deben ser personas divinas constituyendo el absoluto; esto es, el infinito, el “SER+”, la realidad, la vida, absolutos. El modelo absoluto es binitario a nivel dianoético. La vida absoluta es, pues, binitaria. Esta BINIDAD da razón a nivel dianoético, de sí misma (ad intra) y de lo que no es sí misma (ad extra). A nivel hipernoético o de la revelación de Cristo, el absoluto es Santísima Trinidad. Nos encontramos en este ámbito con la plenitud del saber, que debe ser explicitado convenientemente.
© Reproducción reservada. Todos los derechos están reservados al editor.
- ↑ F. Rielo, Diálogo, ob. cit., 135.
- ↑ Por ejemplo, el Ángel de Yahvé de las teofanías del AT se manifiesta como Elohim y Yahvé. Con ello parece que se indica que hay dos personas que son el mismo Dios: la que envía y la que es enviada; Cfr. Gen 16, 7-13; Ex 3, 2-14. Los padres de la Iglesia primitiva, teniendo en cuenta el pasaje de Isaías 9,6 y Mal 3,1, entendieron por “Ángel de Yahvé” al Logos. Los libros sapienciales nos hablan de la “Sabiduría divina” como una hipóstasis junto a Yahvé, que procede de Dios desde toda la eternidad (según Prov 8,24s.) y colaboró en la creación del mundo (Cfr. Prov 8,22-31; Sap 7,22); etc.