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Revisión actual - 10:50 21 sep 2024
OBJETO DE CONSCIENCIA: El objeto de consciencia es lo que está presente en nuestro espíritu proyectándose en nuestras facultades y sus funciones sicoespirituales, sicosomáticas y sicoorgánicas. Puede ser simple o complejo, material o inmaterial, ético o místico, teórico o existencial, experimental o experiencial, sagrado o profano, natural o cultural, físico, síquico o espiritual. Sea cual sea su naturaleza, en todo objeto de consciencia, intervienen, de uno o de otro modo, todos los caracteres de la percepción o del conocimiento ontológicos, con predominio de unos sobre otros según la naturaleza del objeto. Por ejemplo, en una piedra como objeto de consciencia predomina el carácter sensorial sobre el carácter emotivo, a no ser que la piedra nos recuerde una determinada situación emocional. Si negamos la integridad formal de los caracteres de la percepción ontológica, habríamos negado también la integridad de la naturaleza humana, cuyo conocimiento es consciencia potestativa sicosomatizada en la complejidad de las facultades y sus funciones, niveles y subniveles.
Según F. Rielo, la consciencia es + que el ESPÍRITU SICOSOMATIZADO ; por tanto, es + que las facultades y toda su complejidad sicoespiritual, sicosomática y sicoorgánica. El objeto de consciencia también es + que su presencia en la consciencia; nos es dado con exceso de luz; una luz que deslumbra por completo las limitaciones formales de nuestro conocimiento. Es, quizás, una luz que se va haciendo más nítida en la medida en que intentamos vencer estos límites y condicionantes formales. Solo con la experiencia y con la práctica podemos ir acondicionando nuestras facultades y sus FUNCIONES SICOESPIRITUALES Y SICOSOMÁTICAS al objeto de consciencia. La RAZÓN es simple: no podemos conocer, en sentido pleno y simple, el objeto en todas sus dimensiones y realidad —al menos en esta vida— sino con los límites y condicionantes de las facultades y sus funciones.
El objeto de consciencia debe pasar por nuestra INTUICIÓN formada por la CREENCIA , por nuestra FRUICIÓN formada por la EXPECTATIVA , y por nuestra libertad formada por el AMOR ; debe pasar por nuestra RAZÓN , por nuestro DESEO y por nuestra INTENCIÓN , con su sintaxis y su lógica, que adquieren la unidad, la dirección y el sentido que hayamos asumido en la CREENCIA de la INTUICIÓN, en la EXPECTATIVA de la FRUICIÓN y en el amor de la libertad. Las demás funciones sicosomáticas, haciendo síntesis integral en la conectiva , o función vincular abierta a la libertad, adquieren aquella unidad, dirección y sentido ontológicos. Nada existe en nuestra consciencia que sea absolutamente objetivo o absolutamente subjetico, sino que se da lo objetivo subjetivado y lo subjetivo objetivado en camino metodológico hacia una visión bien formada del objeto de consciencia.
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