UNIVERSIDAD
UNIVERSIDAD: ¿Qué sentido tiene una Universidad Católica con estilo idente? – La Constitución Apostólica Ex Corde Ecclesiae (1990) mencionaba que las universidades católicas están llamadas a una continua renovación, tanto por el hecho de ser universidad, como por el de ser católicas: «está en juego el significado de la investigación científica y de la tecnología, de la convivencia social, de la cultura, pero, más profundamente todavía, está en juego el significado mismo del hombre». Además, hace referencia a que la función principal de estas instituciones es la búsqueda de la verdad como servicio al hombre y su dignidad.
El espíritu idente de una universidad tiene como visión el “HUMANISMO DE CRISTO” , mediante la cual propone, entre otras cosas, la vivencia de los valores evangélicos en relación con la defensa de la dignidad de la persona humana para que, de esta manera, la sociedad en la que se encuentra inmersa sea cada vez más enriquecida por el alto grado de conciencia que vive y transmite.
La misión de una universidad idente es “buscar la verdad y formar al hombre, a través de la ciencia, para que sirva a la sociedad”. La búsqueda de la verdad se une al hecho de que la investigación científica y tecnológica se empeñen en el logro del bien de la persona humana y la sociedad. Por ello, se incluye en este proceso la dimensión moral, espiritual y religiosa, que implican consideraciones éticas, morales y de servicio. Cabe señalar que lo que pretende la universidad en su labor educativa es primero formar personas que asimilen este HUMANISMO DE CRISTO y luego los profesionales, en los diferentes campos en los que se desenvuelvan, que impriman en sus ambientes la vivencia de la ética, la moral, la verdad en grado heroico.
El modelo educativo del estilo idente de la universidad, de acuerdo con su visión institucional, reconoce a Cristo como el Maestro por excelencia, como el modelo en el cual nos enfocamos y nos muestra el modelo absoluto , constituido por personas Divinas. Cristo nos muestra la “pedagogía del amor que Dios tiene con sus criaturas”. La formación integral de la persona es posible porque el modelo absoluto infundido desde el momento de la concepción en el gene ontológico de cada ser humano, imprime en él diferentes facultades, capacidades, VIRTUDES y valores que lo capacitan para adquirir y asimilar nuevos conocimientos y enriquecer su aprendizaje.
Para Rielo, la persona humana posee dos elementos: creado, la naturaleza humana, esto es, un ESPÍRITU SICOSOMATIZADO ; y el otro increado, la DIVINA PRESENCIA CONSTITUTIVA del sujeto absoluto en el espíritu creado. Es decir, la persona es por naturaleza un ESPÍRITU SICOSOMATIZADO, teniendo en cuenta que nuestro autor define al ser humano no desde la parte biológica o psicológica, sino desde su esencia, en suma, desde su espíritu; de ahí la definición ESPÍRITU SICOSOMATIZADO, en donde el espíritu o neuma es su esencia, luego la sique hace referencia al alma y el soma hace referencia al cuerpo, esto para explicar el elemento creado.
Por otro lado, tenemos el elemento increado que es la DIVINA PRESENCIA CONSTITUTIVA ; en otros términos, sería el sujeto absoluto_ o las personas divinas inhabitando en el espíritu humano, es decir, en el elemento creado. Continúa nuestro teólogo metafísico afirmando que “esta PRESENCIA DIVINA otorga un rostro ontológico al espíritu humano, esto es, lo constituye como persona a imagen y semejanza de las personas divinas. En el elemento increado de la persona humana residen la dignidad inalienable de cada ser humano y su vocación transcendente”. En cuanto a la dignidad que se menciona cabe destacar que la dignidad la posee cada ser humano y le viene otorgada por el hecho de ser persona y no le será quitada por nada del mundo, ni por los actos que lo degraden como persona; el ser humano puede deshumanizarse por los actos negativos que van en contra de lo que lo constituye, pero su dignidad ni siquiera se disminuye.
¿Qué modelo pedagógico se promueve en la Universidad? – Juan Pablo II (1990) en su encíclica Redemptoris Missio, menciona que el desarrollo de un pueblo no deriva primariamente ni del dinero, ni de las ayudas materiales, ni de las estructuras técnicas, sino más bien de la formación de las conciencias, de la madurez de la mentalidad y de las costumbres. El ser humano es el que, de manera explícita, está llamado a ser el actor de la historia, de los avances tecnológicos, de la ciencia y de todo conocimiento; es el que, asimismo, transforma lo bueno en mejor, es capaz de autoformarse y de dejarse formar por otros, puesto que su formación se da en buena medida en las relaciones interpersonales. En suma, la educación parte del anhelo de aprender y enseñar, actividades para las cuales el ser humano se encuentra capacitado. En este sentido, los avances científicos y la misma inteligencia artificial son, entre otras, herramientas al servicio del hombre para contribuir al desarrollo educativo.
El modelo pedagógico detalla los métodos de enseñanza y aprendizaje de las competencias, habilidades y valores que se desean transmitir, dentro de un diseño curricular, y con las estrategias de evaluación de aprendizajes que adopta una institución educativa.
De acuerdo con la visión institucional de las universidades con estilo idente, estas orientan su proyecto educativo hacia el HUMANISMO DE CRISTO , el cual considera al ser humano como criatura abierta a la trascendencia. Hay dos claves pedagógicas aportadas por el pensamiento pedagógico del filósofo español Rielo que rigen dicho proyecto educativo: el CULTO DÚLICO , entendido como forma de la relación educativa, y la EDUCACIÓN EN EL ÉXTASIS , concepto relacionado con la energía personal que motiva el aprendizaje.
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