UNIÓN HIPOSTÁTICA ONTOLÓGICA O MÍSTICA

De Escuela idente
Revisión del 21:26 20 sep 2024 de Rebesatt (discusión | contribs.) (Página creada con «'''UNIÓN HIPOSTÁTICA ONTOLÓGICA O MÍSTICA:''' La persona humana posee dos elementos esenciales: creado, la naturaleza humana, en virtud del acto creador del modelo absoluto; increado, la naturaleza deitática, en virtud del acto constitutivo de la ''divina presencia'' del ''modelo absoluto'' en el elemento creado. Denomino a este hecho unión hipostática de dos naturalezas, deitática y huma…»)
(difs.) ← Revisión anterior | Revisión actual (difs.) | Revisión siguiente → (difs.)

UNIÓN HIPOSTÁTICA ONTOLÓGICA O MÍSTICA: La persona humana posee dos elementos esenciales: creado, la naturaleza humana, en virtud del acto creador del modelo absoluto; increado, la naturaleza deitática, en virtud del acto constitutivo de la divina presencia del modelo absoluto en el elemento creado. Denomino a este hecho unión hipostática de dos naturalezas, deitática y humana, en la persona humana.

Existe, para F. Rielo, una ontológica o mística unión hipostática consistente en la unión de dos naturalezas en la persona humana:

a)    la naturaleza deitática, estado de ser, acto de ser y forma de ser en que queda el espíritu humano en virtud de la DIVINA PRESENCIA CONSTITUTIVA del modelo absoluto que lo inhabita;

b)    la naturaleza humana, constituida por un espíritu que el propio modelo absoluto libremente crea e infunde, en el momento de la concepción, en un SICOSOMA humano .

Sin la divina presencia definiente, los seres humanos nos habríamos convertido en naturalezas cerradas, absolutas, lo cual es una aberración. Todo ser humano está, por tanto, abierto a la unión mística con Dios teniendo su término definitivo, o plenitud, en la vida eterna por razón del mérito de la redención universal de Cristo. Esta unión mística que otorga la DIVINA PRESENCIA CONSTITUTIVA no es salvífica. Es necesario que la DIVINA PRESENCIA CONSTITUTIVA sea elevada, en virtud de la redención de Cristo, al orden santificante. No obstante, la DIVINA PRESENCIA CONSTITUTIVA, que es gratia prima, dispone al ser humano con el objeto de recibir la gracia santificante, o gracia salvífica que se recibe por medio del bautismo.

La unión mística es, en los dos ámbitos —constitutivo y santificante— oración ASCÉTICA porque es respuesta del ser humano a la acción agente de la presencia divina, y es oración mística porque es acción de la presencia divina en el ser humano. La ASCÉTICA contempla la acción del hombre respondiendo a la gracia; la mística, a su vez, contempla la acción de la gracia actuando en el ser humano. Tanto la ASCÉTICA como la mística suponen la complementariedad de la libertad de Dios y del hombre.

¿Qué es la unión mística como experiencia en F. Rielo? – La unión mística es, para nuestro autor, subjetivación y objetivación de Dios en continua dínamis de amor. No existe ni la subjetivación absoluta ni la objetivación absoluta, sino lo subjetivo objetivado o lo objetivo subjetivado. Tanto la subjetivación como la objetivación que hacemos de Dios debemos purificarla en la ascesis de una consciencia ontológica sicosomatizada; esto es, una consciencia espiritual que, asumiendo las funciones síquicas y orgánicas, posee los caracteres de la sensorialidad, instintivación y estimulación; los caracteres del sentimiento, de la emoción y de la pasión; los caracteres de lo imaginativo y mnésico; los caracteres de lo racional, desiderativo e intencional; los caracteres de la INTUICIÓN, FRUICIÓN y libertad. Esta consciencia ontológica o mística sicosomatizada no se reduce, sin embargo, a su carácter sensorial, instintivo y estimúlico, por eso hay que purificar los sentidos (Véase SENTIDOS EXTERNOS E INTERNOS), los instintos y los estímulos; no se reduce a su carácter sentimental, emotivo o pasional, por eso hay que purificar los SENTIMIENTOS, EMOCIONES Y PASIONES ; no se reduce a su carácter imaginativo o mnésico, por eso hay que purificar la IMAGINACIÓN y la memoria; no se reduce a lo intelectivo, volitivo e intencional, por eso hay que purificar las facultades; no se reduce al carácter intuitivo, fruitivo y libre, por eso hay que purificar el espíritu. Estas purificaciones quedan descritas, con distintos matices, por los místicos, entre ellos, su gran sistematizador, san Juan de la Cruz.

1.- ¿La unión mística supone rechazo, desprecio o visión negativa del cuerpo? – Respondemos con un texto inédito de F. Rielo, que relaciona explícitamente la unión mística con el cuerpo, nos instruye sobre la doctrina católica muy actual del cuerpo, y nos da qué pensar hoy cuando el cuerpo es tan maltratado por la tendencia egótica, el culto al cuerpo y el hedonismo: «La unión mística debe tomar cuerpo e, incluso, en función del cuerpo, porque aquella va a ser para gloria del cuerpo. La unión mística tiene que estar unida con la Resurrección y, además, con nuestra resurrección, porque a mayor gloria espiritual, o del espíritu, cuando alcancemos la vida eterna –inclusive en este mundo–, mayor gloria para el cuerpo. […]. Tenemos metido el cuerpo en nuestra mismísima conciencia, porque efectivamente es que hemos tomado cuerpo; nuestro espíritu tomó cuerpo, y no podemos ver sino las cosas desde el punto de vista corporativo, de lo corpóreo de nuestro cuerpo. Cristo asume también esta característica humana, tomando conciencia del cuerpo, digámoslo así, e invitándonos además a que tengamos conciencia del cuerpo. A la conciencia que ya tenéis del cuerpo, desde el punto de vista físico, político, social, familiar o genético, hay que añadir ahora la conciencia religiosa o mística del cuerpo. ¡Conciencia mística del cuerpo! Él no nos enseña una vida espiritual ajena al cuerpo, sino siempre tomando cuerpo, como se dice por ejemplo de la harina, del guiso, de la salsa… La palabra tomar cuerpo es algo que Cristo eleva al orden sobrenatural. No perdáis nunca la conciencia del cuerpo, sino al contrario, elevad al orden místico, sobrenatural, esta frase que decimos en castellano tomar cuerpo, y que cada uno lo diga en su idioma. Es la doctrina que toma cuerpo, la verdad que toma cuerpo, el bien que toma cuerpo, la gloria que toma cuerpo… Todo es en función del cuerpo, porque el cuerpo, lo corpóreo no ha quedado excluido, sino incorporado»[1].

2.- ¿Existen en F. Rielo otras expresiones tradicionales para expresar la unión mística? – Las expresiones ‘desposorio místico’, ‘FILIACIÓN MÍSTICA o divina’, ‘filiación desposada’, ‘matrimonio místico o espiritual’, en muchos casos se hacen sinónimos, y en otros, hay matizaciones importantes en el sistema genético, dependiendo del contexto y de los destinatarios a los que se dirige. El ‘desposorio místico’, la ‘FILIACIÓN MÍSTICA’ (o ‘filiación divina’ tradicional, que F. Rielo reserva a Cristo), o la ‘unión mística’ pueden ser constitutivos y santificantes; en este caso, coinciden con la ‘CONCIENCIA FILIAL’. Ahora bien, el ‘desposorio místico’, según nuestro autor, puede ser implícito o explícito; el explícito corresponde al ‘desposorio místico’ tradicional (uno de los éxtasis con la primera promesa del desposorio místico’) y al ‘matrimonio místico’, que es la segunda promesa del desposorio místico. En este sentido, se da el desposorio constitutivo o deificans, el desposorio transfigurativo (donde se da la primera promesa del desposorio místico) y el desposorio transverberativo u ontológico (donde acaece la cima del llamado ‘matrimonio místico’ o, como afirma nuestro teólogo místico, unión transverberativa o desposorio ontológico).



© Reproducción reservada. Todos los derechos están reservados al editor.

  1. F. Rielo, Manuscrito inédito, Madrid 11-IV-1982.