ESPÍRITU SICOSOMATIZADO

De Escuela idente

ESPÍRITU SICOSOMATIZADO: La naturaleza humana es un espíritu sicosomatizado. El espíritu es, formalmente, una POTENCIA DE UNIÓN perceptiva y comunicativa que, en la naturaleza humana, se da sicosomatizada. El espíritu, en este sentido, asume las funciones sicológicas del alma y orgánicas del cuerpo por reducción a cero ontológico de la forma anímica y de la forma estructural en virtud de la DIVINA PRESENCIA CONSTITUTIVA del ACTO ABSOLUTO.

¿Queda suficientemente clara la explicación teológica de lo que se entiende por ‘espíritu humano’ en el sistema rieliano[1]? – Sí, en cuanto distingue, en la persona humana, entre un elemento creado, consistente en la naturaleza humana dotada de espíritu, alma y cuerpo, con sus facultades propias y funciones sicoespirituales, sicosomáticas y sicoorgánicas, y un elemento increado que es la DIVINA PRESENCIA CONSTITUTIVA del sujeto absoluto en la naturaleza humana, consistente en un espíritu sicosomatizado, dejando a este en estado, acto, forma, razón y PLENITUD DE SER deitático. Este acto, estado, forma, razón y plenitud de ser es el gene ontológico de la persona que la hace mística deidad a imagen y semejanza de la Divina Deidad. La divina presencia constitutiva, formante del espíritu humano, es el constitutivo ontológico sin el cual no podríamos ser personas y menos mística deidad (Véase DEIDAD). Precisando aún más, el espíritu humano es una POTENCIA DE UNIÓN perceptiva y comunicativa que, libremente creada e infundida en el momento de la concepción, asume las funciones anímicas o sicológicas y corporales o somáticas del precedente homínido codificadas en el cigoto (Véase ZIGOTO).

 En resumen, el espíritu humano es libremente creado e infundido en el SICOSOMA , codificado en el cigoto, con la divina presencia constitutiva del sujeto absoluto como principio creacional, concreacional, actual y epistémico (Véase PRINCIPIO ABSOLUTO O METAFÍSICO), adquiriendo el espíritu categoría de persona, mística deidad de la divina Deidad.



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  1. La estructura formal del espíritu es de una POTENCIA DE UNIÓN perceptiva y comunicativa. La percepción y la comunicación en el ser humano son, pues, espirituales u ontológicas. La percepción y comunicación no son sensoriales o instintivas, sino que tienen carácter sensorial, instintivo, emotivo, imaginativo, desiderativo, racional…, pero son comunicación y percepción espirituales u ontológicas con estos caracteres.