ABSOLUTO, Concepción genética del

De Escuela idente

Por un lado, el absoluto es aquella realidad infinita y eterna que no depende de nada ni de nadie. Al absoluto se le ha llamado de muchas maneras: en la actitud filosófica, ser de todos los seres, causa de todas las causas, realidad de realidades; y, en la actitud religiosa, Dios, Alá, Yahvé… La divina presencia constitutiva del absoluto define a la persona humana, abriéndola al infinito y a la ETERNIDAD; lo finito, lo circunstancial, lo contingente, son conceptos que no definen a la persona, solo la limitan. Cuando el ser humano hace de sí mismo o de cualquier finitud un absoluto, se encuentra con una consciencia deforme, esclávica. Esta actitud le lleva a la egolatría e idolatría, pues el absoluto ha sido suplantado por un seudoabsoluto, sustituyendo el COMPROMISO ONTOLÓGICO por un dejarse arrastrar de lo que le limita, esto es, de lo finito, circunstancial y contingente. Por otro lado, en el modelo absoluto –constituido por dos personas divinas a nivel DIANOÉTICO, o por tres personas divinas a nivel hipernoético– se habla: a) de realidad absoluta (existencia y vida de las personas divinas o geneticidad metafísica sub ratione essendi et operandi); b) de sujeto absoluto (plenitud de existencia de las personas divinas o CIRCUNGÉNESIS metafísica sub ratione essendi) con su ACTO ABSOLUTO (plenitud de vida de las personas divinas o CIRCUNGÉNESIS metafísica sub ratione operandi); c) de estado absoluto de ser (consciencia de las personas divinas o congénesis metafísica, que es la concepción genética de la sustancia constituida por las personas divinas); d) de ACTO ABSOLUTO de ser (compenetración de amor de las personas divinas o transverberación metafísica, que es la concepción genética de la esencia constituida por las personas divinas); e) de forma absoluta de ser (POTENCIA DE UNIÓN omnisciente y omnipotente –espíritu de las personas divinas– o CONFORMOGÉNESIS metafísica, que es la concepción genética de la naturaleza constituida por las personas divinas); f) de RAZÓN absoluta de ser (gene de las personas divinas o CIRCUNLÓGESIS metafísica, que es la concepción genética de las procesiones constituidas por las personas divinas); g) de axioma absoluto o proyección del modelo absoluto en la facultad intelectiva; h) de fundamento absoluto o proyección del modelo absoluto en la facultad volitiva; i) de principio absoluto (Véase CONCEPCIÓN GENÉTICA DEL PRINCIPIO DE RELACIÓN) o proyección del modelo absoluto en la facultad unitiva. La facultad intelectiva, llevando la inteligencia a límite, puede intuir, razonar, representar y aprehender el modelo absoluto como axioma absoluto proporcionando la dirección al pensar formado por la CREENCIA; la facultad volitiva, llevando la voluntad a límite, puede apreciar, desear, imaginar y apetecer el modelo absoluto como fundamento absoluto proporcionando el sentido al querer formado por la expectativa; la facultad unitiva, llevando la unión a límite, puede aceptar, tender, articular y adherirse al modelo absoluto como principio absoluto proporcionando la unidad a la libertad formada por el amor. ¿Qué no es el absoluto? – Es la imposibilitación a priori por el propio absoluto de otro absoluto. Si esto no ocurriera se hubiera dado la PARADOJA DEL DOBLE ABSOLUTO . Lo que no es el sujeto absoluto, imposibilitando otro absoluto, es POSIBILIDAD GENÉTICA ad extra del absoluto. El VACÍO DE SER, que no puede ser absoluto y, por tanto, infinito, es POSIBILIDAD GENÉTICA. Esta POSIBILIDAD GENÉTICA, sujetada por el propio absoluto, es fenos (Véase PHENOS); esto es, lo que aparece ad extra a la visión del absoluto, que no puede ser absoluta en cuanto que el término es la finitud. El fenos es teoría fenoménica; esto es, visión divina ad extra; es el fundamento del fenómeno, de los entes, de las cosas, de los seres. Pero es ‘teórica’ (Véase TEORÍA) antes de la creación. Esta teoría fenoménica está en la omnisciencia divina ad extra que, antes de la creación, es receptiva a la acción omnipotente de la LIBERTAD DIVINA. La omnisciencia es, pues, activada por el acto omnipotente de la LIBERTAD DIVINA. La omnipotencia es, de este modo, el término activo y la omnisciencia el término receptivo donde está ‘en teoría’ toda la realidad. El momento creador es un acto omnipotente por el que el sujeto absoluto reduce a cero la POSIBILIDAD GENÉTICA dando lugar a la existencia del ente creado. F. RIELO denomina doxistencia a la existencia de las cosas con sus leyes y fenómenos, y onsistencia a la existencia de los seres vivientes (Véase EXISTENCIA). La POSIBILIDAD GENÉTICA, reducida a cero por la omnipotencia divina, da lugar a la creada realidad genética. Nuestro autor concibe tres momentos de la creación: big-bang de la materia; big-bang de la vida, y creación del espíritu (Véase CREACIÓN y CREACIÓN DEL HOMBRE). La creación está abierta a la vida porque el absoluto que la constituye es Vida. Con el big-bang de la materia, primer momento de la creación, comienza la evolución de esta con sus leyes y fenómenos. Las cuatro fuerzas conocidas (electromagnética, nuclear fuerte, nuclear débil y gravitación), en interacción, dan lugar al proceso evolutivo de la materia en la cual está presente la ACTIO IN DISTANS del sujeto absoluto, dando forma, ordenando y haciendo perdurar la creación: no hay nada, ningún proceso, que no sea conocido por la omnisciencia y actuado por la omnipotencia del sujeto absoluto. La evolución de la materia y sus fenómenos, por medio de leyes intrínsecas definidas por la ACTIO IN DISTANS del axioma absoluto , está abierta a la vida; por tanto, la evolución material despliega en sí misma las condiciones de máxima aperturidad de la materia a la vida. Estas condiciones se presentan en el ámbito espaciotemporal cuando aparecen en la evolución las moléculas prebióticas (carbono, ácidos nucleicos, glúcidos, lípidos). La interacción de estas moléculas hace posible que se dé el segundo momento de la creación: el big-bang de la vida cuya evolución viene determinada por leyes regidas por la DIVINA PRESENCIA REVERBERATIVA del sujeto absoluto. A su vez, la vida prosigue su evolución hasta alcanzar la máxima aperturidad al espíritu. Esto sucede cuando el cerebro ha alcanzado su máximo desarrollo evolutivo con el precedente homínido. Cuando acaece esta máxima aperturidad de la vida biológica al espíritu, es cuando el sujeto absoluto crea e infunde el espíritu formado con su DIVINA PRESENCIA CONSTITUTIVA. Ni la vida biológica ni la vida del espíritu emergen de la materia, pero son dadas a la materia para que esta quede asumida y forme parte de la naturaleza de los VIVIENTES NO PERSONALES y de los vivientes personales. El ser humano, con su cuerpo, participa de la materia; con su sique, participa de los VIVIENTES NO PERSONALES; con su espíritu, participa del sujeto absoluto. No existe, por tanto, ni evolucionismo ni creacionismo, sino evolución en la creación y creación en la evolución: en la cima de la evolución de la materia, aparece por creación la vida; en la cima de la evolución de la vida, aparece por creación el espíritu. La hipótesis del MATERIALISMO, esto es, la materia como absoluto, es absurdo, pues o se produce la PARADOJA DEL DOBLE ABSOLUTO o se proclama un PANTEÍSMO o un panmaterialismo que se constituye en un ‘seudoabsoluto’ sustituyendo, absurdamente, a la concepción genética del absoluto. No debe sustanciarse el modelo absoluto en una realidad diferente del propio modelo absoluto: por ejemplo, en una realidad material (agua, fuego, aire, sol, árbol, animal); en un concepto (ser, devenir, sustancia, yo, espíritu); en una propiedad del ser humano (RAZÓN, libertad, voluntad, lenguaje, música); en una tendencia o interés del propio ser humano (riqueza, poder, placer); o en el propio ser humano (culto de latría a una persona humana). La experiencia nos dicta que nada de todo ello es el absoluto, y nos instruye de que toda sustanciación que demos a este se convierte en ideología ; esto es, en visión deformada de la realidad. El fundador de la Escuela Idente afirma que las ideologías reducen, excluyen y fanatizan, proporcionando una visión estrábica de la realidad. La sustanciación del modelo absoluto en otra realidad distinta es una proyección de la EGOTIZACIÓN (Véase EGO y EGÓTICO) humana; egotización que no es absoluta, pero contamina la visión del modelo absoluto. Esta contaminación da lugar, como hemos afirmado, a las ideologías o discursos que emanan de seudoabsolutos o ídolos. El ser humano para seguir malviviendo se construye ídolos, y con ellos convive en muchos casos subconsciencialmente formando cuerpo con su historia y su cultura. La negación del modelo absoluto va contra la naturaleza misma del ser humano, pues el modelo absoluto es necesario para dar unidad, dirección y sentido a la vida humana en todos sus niveles, ámbitos y dimensiones. Esta negación posee diferentes causas cuya raíz son las disgenesias morales y síquicas con proyección e interactuación en la educación, sociedad, cultura, ciencia, religión, donde intervienen los diferentes mecanismos sicoéticos de defensa que se fundan en la tendencia egotizadora de la justificación moral y sicológica. El rechazo del absoluto tiene como consecuencia la CONSCIENCIA DE SEPARACIÓN causante de la experiencia límite de la contraconciencia con resultado de la soledad, de la angustia, del miedo, de la culpa, de la tristeza de la vida, y de todas las deformaciones que se derivan de las actitudes egocéntricas.

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