METAFÍSICA, Concepción genética de la

De Escuela idente

METAFÍSICA, Concepción genética de la: La metafísica es, para Rielo, ciencia que tiene por objeto el modelo absoluto con su sujeto absoluto y su ACTO ABSOLUTO . En metafísica, todo hay que elevarlo a absoluto; por tanto, estamos hablando del “SER+” absoluto o metafísico. El concepto metafísico es sinónimo, pues, de absoluto.

El sistema rieliano guarda un perfecto equilibro entre metafísica y TEOLOGÍA , sin confusión de planos, ni tampoco existe separación o división de los mismos, sino complementariedad, ya que las dos ciencias estudian el mismo modelo genético : la metafísica sub ratione absolutitatis y la teología sub ratione divinitatis. Tanto la metafísica como la teología se sirven de los dos niveles: natural o DIANOÉTICO , que es el de la razón formada por la CREENCIA (razón credencial), y el SOBRENATURAL o HIPERNOÉTICO , que es el de la razón formada por la fe (razón fiducial). La FE es la elevación de la CREENCIA connatural o constitutiva al nivel sobrenatural santificante merecido por Cristo. La diferencia es clara: la CREENCIA pone una hipótesis para demostrarla; la fe parte de la hipótesis como axioma con el cual demuestra y define todo lo demás. Recreando, una vez más, una bella metáfora, utilizada por H.U. von Balthasar, la teología de F. Rielo sería como una catedral: el atrio lo proporciona la metafísica genética; el umbral de entrada, su antropología mística; y, el santuario, la propia Trinidad[1].

¿Dónde radica el problema fundamental de la metafísica histórica? – Según nuestro autor, el ser, como lo presentaba la metafísica histórica, ha sido un ser vacío al que cada sistema filosófico ha intentado llenarlo dialécticamente de algo. La metafísica solo se ha centrado en descripciones convencionales sin tener con qué definir y qué definir. La identificación, por otra parte, entre ser y pensar ha llevado a confundir los campos metafísico y epistemológico o a rechazarse mutuamente, hasta carecer de relevancia alguna dicha metafísica en el mundo del pensamiento. Puede decirse, en este sentido, que no ha habido metafísica en la expresión más pura del término, solo filosofías. Esto ha repercutido también negativamente en el pensamiento cristiano, particularmente el de hoy, que se ve desprovisto de una verdadera metafísica. El problema fundamental de la metafísica ha consistido, históricamente, en verse atrapada en el SEUDOPRINCIPIO DE IDENTIDAD .

Por un lado, recuerda F. Rielo, que la llamada ‘metafísica histórica’ utiliza, debido al influjo del seudoprincipio de identidad, definiciones viciosas y tautológicas que, como tales, son CARENCIAS DE SENTIDO [2]. Estas definiciones degeneran, además, en el absurdo de la PETITIO PRINCIPII , por ejemplo, si tomamos la definición clásica de esencia: aquello por lo cual la cosa es lo que es, debemos seguir preguntando ¿Y qué es aquello por lo cual la cosa es lo que es?, la respuesta no se deja esperar: la esencia. Volvemos siempre al círculo vicioso de la tautología.

Por otro lado, es obvia la limitación del lenguaje para expresar la realidad metafísica. El lenguaje metafísico no pertenece a la descripción, ni a formulaciones lógicas —aunque a veces accidentalmente las utilice—, sino a la viviente definición transcendental . El estudio filológico, semántico o etimológico de los términos es subsidiario y no satisface su comprehensibilidad metafísica, debido, sobre todo, a las múltiples connotaciones históricas. Un término, acuñado en la historia del pensamiento, adquiere diversos matices e incluso cambio de significación al entrar en la órbita de un determinado sistema filosófico.

Afirmado lo anterior, subraya nuestro teólogo metafísico que la metafísica genética no requiere de los términos ‘esencia’, ‘existencia’, ‘sustancia’, ‘naturaleza’, etc., por la confusión a que se prestan; sin embargo, los utiliza en virtud de su tradición histórica. El lenguaje propio de la metafísica genética sustituye estos términos por otros nuevos, que se ajustan más a su significación genética: así, concepción genética de la esencia es transverberación ; concepción genética de la existencia es CIRCUNGÉNESIS ; concepción genética de la sustancia es congénesis ; concepción genética de la naturaleza es CONFORMOGÉNESIS Ya que, como insiste nuestro autor, las nociones de ‘existencia’, ‘sustancia’, ‘naturaleza’, y otras no tendrían significación metafísica alguna, concebidas de modo simpliciter.

A su vez, el lenguaje de la metafísica genética utiliza, entre otros, los siguientes símbolos:

.- , que se lee “ese sub uno” y significa “el ser que ocupa el primer lugar metafísico”;

.- , que se lee “ese sub dos” y significa “el ser que ocupa el segundo lugar metafísico”…

.- [≑], que es el signo de la complementariedad intrínseca entre los dos seres (esta complementariedad es genética y nada tiene que ver con la complementariedad física de Bohr);

.- , que se lee “ese sub uno complementario ese sub dos”; dígase lo mismo de y referido a la persona;

.- otros signos bien conocidos en lógica simbólica, conjuntor (1), disyuntor (2), cuantificador (“), negador (-), conductor (’), pertenece ((), no pertenece ()), integral ($), etc., son utilizados en la metafísica genética de forma común y descriptiva, sin adscripción a una lógica determinada.

En resumen, el modelo genético inicia una nueva metafísica; y como tal, un nuevo lenguaje y una nueva forma de expresión, alejándose de la metafísica tradicional griega, escolástica, o alemana, sin por ello estar libre de prejuicios y sospechas académicos. El lenguaje de la metafísica genética no es un lenguaje hermético e incomprensible QUOAD SE , sino QUOAD NOS , para el que hay que realizar el necesario esfuerzo intelectual para su comprensión.

El fundador de la Escuela Idente refiere siempre lo metafísico o divino solo a la dimensión ad intra del modelo absoluto ; lo ontológico o místico lo refiere, supuesta la libre creación del espíritu, a la actuación ad extra del modelo absoluto en el ser humano con el ser humano. La ontología se refiere al ONTOS o gene del espíritu, que es estado de ser, acto de ser, forma de ser y razón de ser en virtud de la divina presencia constitutiva del absoluto en el espíritu creado. Por otra parte, al elevar la mística a ontología, hace sinónimos los términos; por eso, suele decir ontología o MÍSTICA .



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  1. Cfr. H.U. von Balthasar, Epilog, Einsiedeln-Trier 1987, 9, 33, 67.
  2. Decir, por ejemplo, que la esencia es ‘aquello por lo cual una cosa es lo que es’ es lo mismo que decir que ‘aquello por lo cual una cosa es lo que es’ es la esencia. No hay un término ‘x’ que defina lo que es la esencia. La seudodefinición de ‘esencia’ no sale de la identidad ‘esencia es esencia’ en virtud de que las expresiones ‘aquello’, ‘por lo cual’, ‘cosa’, ‘lo que es’, son meros descriptivos que, envueltos en la identidad, no definen nada, ni son definidos por nada, ni alcanzan al supuesto término ‘esencia’.